CONSTRUCCIÓN DEL CARÁCTER
Desde el mismo instante en que decidimos
tener un cachorro debemos tener presente que el perro no aprende solo, sino
que su comportamiento futuro dependerá de la educación que reciba de nosotros.
Al igual
que ocurre en los seres humanos, su mente es mucho más flexible y aprende más
deprisa cuanto más corta sea su edad. En el caso de los perros, el primer año
de vida es crucial, ya que durante este periodo se construye su carácter y se
establecen las pautas de su buena o mala conducta futura. Si no comenzamos a
educarlo desde el principio luego nos será imposible, ya que su vitalidad y
su energía aumentarán hasta desbordarnos. Unas buenas bases educativas son el
secreto del éxito. Lo esencial es que nuestro perro sepa desde el principio
el lugar que ocupa en casa. Nuestro Collie necesita ser tratado con mano firme
pero cariñosa, para guiarlo hacia un comportamiento correcto. Muchos cachorros
que han sido tratados como bebés mimados, y que se les ha dejado hacer lo que
querían, ahora empiezan a convertirse, desde su punto de vista, en jefes de
manada que siempre tienen que salirse con la suya. El Collie, instintivamente,
se
considera parte de una jerarquía y es tarea nuestra que sepa cuál es su lugar.
Debe aprender que somos nosotros los que mandamos en casa y los que decidimos
si lo que hace está bien o mal. Mucha gente tolera mucho más a su perro de lo
que jamás permitiría a un niño. Si tiene un perro desde cachorro, imponga sus
reglas para un comportamiento correcto desde el principio. Y manténgalas, pero
sea justo. No pretenda que su perro se atenga a reglas que no puede comprender.
Si conseguimos esto, el resto es tarea fácil y sobre estos cimientos podremos
construir lo que queramos.
El temperamento del Collie presenta aspectos contrastantes, ya que es bondadoso y sensible, a la vez que obstinado e indolente. Tiene muy desarrollado el sentido de protección hacia sus amos, especialmente si se trata de niños y de personas solas. Aristocrático, inteligente, fiel, no agresivo, pero desconfiado de quien no le gusta. Aunque su carácter es bueno, no hay que renunciar a perfeccionarlo con delicadeza y suavidad.